La diferencia entre
un instructor y un Entrenador Profesional.
Por el Dr. Manuel Solano
A lo largo de mi carrera profesional
y deportiva, me he topado con todo tipo de personas dedicadas al arte y la
ciencia de ser instructores, entrenadores, preparadores físicos de todas las
disciplinas físico-atléticas que se pueden llevar a cabo. Sin embargo solo en
el deporte del fisicoculturismo se puede encontrar un circo tan variado de
entes que presumen de serlo. Esto se debe principalmente a que para ser instructor de
gimnasio se necesita básicamente cualquiera de dos cosas. Ostentar un diploma
donde se diga que se tomó un curso para entrenadores o en su defecto tener una
apariencia física aceptable.
Con este artículo no quiero ofender a
nadie, tampoco quiero herir susceptibilidades, solo quiero exponer algo que
debe de aclararse para que mucha gente no siga siendo engañada por instructores
de gimnasio y solo se tomen en cuenta a todos aquellos que en verdad son
entrenadores profesionales.
Así que empezaré por el principio, es
decir, de donde salen los instructores, según una estadística que obtuve en una
investigación con una muestra de 500 entrenadores, el 85% de ellos se
volvió instructor porque alguien les ofreció el trabajo ya que o no tenían
o parecían no tenerlo, ya que se la vivían entrenando duro y prolongadamente en
el gimnasio. Así que evidentemente se convirtió en su modus vivendi por el
hecho de gustarle mucho el gimnasio y no por que supieran algo del mismo.
Siguiendo esta misma línea nos damos cuenta que dentro de ese 85% mencionado
están todos los que se vuelven entrenadores después de ganar un concurso. Es
decir que el 85% de los instructores se hacen al vapor y sobre la marcha y van
experimentando más no aprendiendo día tras día.
Por otra parte están sus fuentes de
información: yo sé que esto sonará feo, dolerá un poco pero es la verdad, son
revistas, en su mayoría españolas, una que otra proveniente de los Estados
Unidos y tal vez nuestra querida Neogym; la mayoría de información que se
publica en las revistas extranjeras consiste en información publicitaria pagada
por las empresas anunciantes, con un supuesto, manipulado e inventado soporte
científico, la mayoría de las veces inexistente. Dietas y rutinas quasireales
de campeones con 80 Kg más que nuestros competidores más poderosos y por
supuesto muchas fotos de personas que han llegado a
un increíble desarrollo muscular inalcanzable (al menos hasta el día
de hoy) por algún compatriota Mexicano, debido a que se omite la información especial
de las cantidades absurdas y sin cordura de esteroides, hormonas del
crecimiento, IGF, Insulina, etc. Que utilizan para lograrlo.
Así que de aquí es donde según dicho
estudio obtienen un 75% de su información o formación científica ¿no les da
tranquilidad queridos amantes de los fierros?, por otra parte, el resto de su
formación lo obtienen de algún cursillo de 10 horas que tomaron en la CONADE;
CODEME; en la Federación, o bien en algún Instituto Privado, (incluyo los
cursos que se imparten en mi Centro de Investigación CINCAD), no es que sean
incorrectos pero evidentemente me queda la duda, en verdad creen que ¿un
entrenador profesional se hace de tomar uno ó cuatro cursos de 10 horas?, por
supuesto que no, el mínimo necesario en horas según las organizaciones
internacionales que regulan el entrenamiento con pesas dice que para ser
calificado como entrenador o instructor de un gimnasio al menos hay
que contar con un rango de entre 100 a 200 horas de preparación
físico-teórica en las áreas de Anatomía, Fisiología, Higiene,
Psicología, Metodología del Entrenamiento con Pesas, Nutrición, Suplementación,
Complementación, Primeros Auxilios, Mercadotecnia y Farmacología
Deportiva entre otras cosas.
Creo que es difícil encontrar
personas que en verdad reúnan estos conocimientos, al menos conozco muy pocos,
tal vez en nuestro país, me atrevo a decir que no lleguen a 200. Porque además,
no sólo es suficiente tener dichos conocimientos sino como dice mi querido
Maestro el Dr. Alberto Cuevas Novelo “para ser torero, primero hay que
parecerlo”, por lo tanto y por obvias razones, para ser entrenador esta
cuestión es mucho más crítica e importante. Sin embargo esto
es secundario, ya que existen sus excepciones a esta segunda regla, es
decir que hay excelentes entrenadores que por lesiones, el tiempo o por razones
diversas ya no se encuentran en su mejor forma, más no existen excepciones a la
necesidad de tener todos los conocimientos antes citados.
No es menester el que los
entrenadores sean expertos en cada una de las áreas mencionadas, sino que
tengan nociones científicas de ellas y no un montón de creencias al respecto de
las mismas. Por otra parte, queda la otra gran fuente de información o mejor
dicho de desinformación que tienen los entrenadores, las pláticas originadas en
las instalaciones del gimnasio, ya sabes, todas aquellas miles de
recomendaciones, consejos, trucos y en su mayoría estupideces que todo el mundo
repite porque le contaron, le dijeron, vio que le funcionó, lo leyó o le
informaron de muy buena fuente que alguien que el año pasado no fue a concursar
en el Mr. México lo utilizó y le hubiera podido ganar a mi estimado Javier
Reynoso. Historias de este tipo escucho muchas todos los días en el consultorio
y en los gimnasios donde entreno.
He recorrido más de 250 gimnasios en
nuestra ciudad desde los de a 3 pesos la visita hasta donde la membresía sale
de a enganche para un auto nuevo. Absolutamente en todos lados se puede
encontrar un excelente entrenador profesional así como un infladito con
camiseta ajustada y mucha lengua.
Claro que tú conoces a
un instructor así y porque no a un entrenador
profesional increíble, la pregunta es cómo reconocerlos verdad, como
plantea mi querido pupilo Jordy Barrios. Es muy sencillo, te voy a dar algunas
pistas infalibles para poder identificarlos.
El instructor, generalmente parece
que estuvo en forma alguna vez muy lejana, ahora, como ya no tiene tiempo por
taaanto trabajo, porque es muy caro, o algún otro pretexto barato, se ve
demasiado fuera de forma, con un elevado porcentaje de grasa corporal, sin
forma estética y un largo etcétera. El entrenador profesional cuida su imagen
de tal forma que invite al entrenando a preguntarle o decirle algo muy sencillo
“me gustaría verme como tú”.
Cuando le haces una pregunta al
instructor sobre un producto, probablemente te diga lo mismo que ya sabías, tal
vez te diga que hay otro mejor y que él te lo puede conseguir a mejor precio,
también te tratará de inducir a que utilices un ciclito, para que “avances más rápido” y “agarres calidad”, también
si le preguntas sobre algo que dice un doctor o tú medico particular te va a
decir que él no sabe porque las cosas del gimnasio son diferentes. También tu
instructor tratará de venderte algo ya sea ropa, accesorios, productos, cremas,
etc. A un “buen precio y sin compromiso”.
El entrenador te orientará abierta y
claramente sobre los complementos, suplementos, ropa, accesorios, etc. Que sean
recomendables para ti, te dirá donde puedes adquirirlos (al menos dos opciones)
y te podrá indicar en su defecto a qué precio él pudiera conseguírtelo.
Otro detalle curioso de los
instructores es que cuestionan de forma absurda y haciendo alarde de su falta
de conocimiento las recetas (Dieta, Suplementación y/ó Rutina) que un servidor
o cualquier otro experto le dé a una persona, he visto a muchos instructores
criticar las palabras de mi colega el Dr. Reyeros, del famoso Dr. Bustillos,
del brillante Dr. Joel Cervantes e incluso del Dr. Cuevas o el Dr. Gadea,
argumentando cosas como “…pues está bien,
pero en mi experiencia personal y propia creo que eso está mal”. Los
entrenadores profesionales, simplemente reconocen los conocimientos de los
expertos.
- Un instructor te pondrá una rutina
diferente todos los días para que no te aburras ni te estanques, si exactamente
es lo que estás pensando, tú lo identificarás cuando llegues al gimnasio y le
preguntes ¿qué voy a hacer hoy? y él te responda ¿qué hiciste ayer?, a bueno
entonces vas a hacer pecho y espalda, aunque tú y yo sabemos que el no lleva un
registro de tu rutina si no que todo lo hace por inspiración divina
argumentando que te entrena bajo el sistema instintivo, solo que si no tienes
más de diez años en este negocio, el entrenamiento instintivo no te servirá
jamás.
- El entrenador profesional lleva un
registro de todas las personas que entrena aunque no sea su entrenador
personal, con una rutina por escrito que cambiará cada 8 ó 12 semanas y no cada
vez que tú quieras, porque él se preocupará por darte un buen servicio y no por
tenerte contento y que te gane otro instructor que sí te de gusto.
- El instructor sabe de todo, de todo
te opina, de dietas, del Thiomucase
en supositorios, del Cardispan
inyectable directo, de un ciclo de Stanozolol-V
con Soste, que por supuesto el te
podrá conseguir, también te dirá si el cinturón debe ser de piel o sintético,
si tu dieta debe llevar chayote cocido con claras de huevo te gusten o no, de
que debes usar Mega Mass y Amino Fuel líquido para crecer, de que si hoy vas a
entrenar con pesos máximos, que si tu novio o novia no te convienen, que no
tomes agua al entrenar porque entonces ya ganaste lo que habías perdido, es el
mismo que te recomendará ponerte un hule para que sudes más o hacer giros con
una barra para que te reduzca la cintura, es ese mismo que te dirá que pocas
series con mucho peso son para volumen y muchas repeticiones con poco peso son
para marcar y es ese mismo que causa que un 80% de la gente deje el gimnasio en
menos de un año por darse cuenta que no habían avanzado lo suficiente o
simplemente porque no encontraron a la persona adecuada que les sirviera de
guía honesto en este difícil camino.
El entrenador, sabe por qué el
Thiomucase en supositorios es cancerígeno, también sabe que el Cardispan nunca
se inyecta directo si no que tiene que hacerse una mezcla para que no duela
tanto, tampoco sugerirá un ciclo de esteroides y menos tan corrientes o
veterinarios, te advierte de los riesgos e inconvenientes de usar un cinturón
de pesas, sabe que no se deben consumir verduras cocidas y a qué se debe,
también sabe que las claras de huevo en exceso solo causan colitis, entiende
que los gainers y los aminoácidos es dinero tirado a la basura, te hablará de
las virtudes del agua y de las bebidas rehidratantes, se mantendrá al margen de
tu vida personal, te entrenará de acuerdo a una metodología científica y sin
inventos absurdos, te explicará que hacer giros para cintura producen solo dos
cosas, una posible lesión de columna y un gran desarrollo del músculo
transverso del abdomen (es decir que harás cintura, …si la harás más grande). El
entrenador sabe que no es el número de series ni el de repeticiones lo que
cuentan para el crecimiento o para la definición sino la técnica de ejecución
de los ejercicios y la dieta.
En resumen, antes de que escojas a un
instructor, pregunta referencias sobre él, es decir a quien ha entrenado antes,
que resultados ha obtenido y cómo los obtuvo, donde tomó sus cursos de
preparación para certificarse como instructor, su nivel máximo de estudios y
sobre todo observa que tan comprometido está con su trabajo, verifica si hace
lo mismo que te recomienda que hagas, aunque obviamente el deberá verse mucho
mejor que como tú te veas, para ser entrenador profesional al menos debe tener
5 años en este asunto, generalmente habrá sido competidor o lo sigue siendo, en
su mayoría tienen un nivel de estudios medio superior o superior y su
apariencia es muy envidiable.
No quiero hacer mención de
entrenadores profesionales nada más porque sí, ya mencioné a algunos de mis
colegas especialistas, pero hay una enorme lista de gente preparada en esta
área que no necesariamente son doctores o médicos, la cual me reservo para el
consejo personal, para no olvidar a nadie y no hacer menos a ninguno ya que
todos merecen mi respeto y mi admiración.
Por último, lo más importante de todo
esto es que el trato de un entrenador será amable, agradable y respetuoso con
toda la gente, sin comportarse como amigo de la infancia, y deberá dignificar
su trabajo dedicándose únicamente a entrenar y no a comportarse como vendedor,
sacerdote, crítico, agente motivacional, confesor, Nutriólogo, médico, el
hombre fuerte o fisioterapeuta. Cada quien se debe limitar hasta donde su
sentido común, sus valores humanos y su capacidad intelectual le permita.
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